La última votación celebrada el lunes por la noche en el Senado acabó con un proyecto de ley que, según los críticos, habría sancionado el "perfil racial" en la aplicación de la ley.
Los senadores entraban en su octava hora de debate tras la pausa para comer y acababan de dedicar 30 minutos a decidir cómo definir la asistencia sanitaria para excluir los abortos. A continuación, tenían que decidir si mantenían vivo el proyecto de ley de inmigración más radical presentado en esta legislatura.
Tenían ante sí tres páginas de enmiendas del Comité Judicial del Senado, que eliminaban disposiciones clave del expediente 124 del Senado, titulado "Inmigración ilegal-identificar, denunciar, detener y deportar".
El Presidente del Senado, Bo Biteman, republicano de Ranchester, se levantó de su escritorio y expresó su preocupación por la calidad de la legislación que la cámara alta estaba presentando.
"¿En qué momento dejamos de lado algunos de estos proyectos de ley que aún no están listos para el prime time?", preguntó. "Sé que hacemos todo lo posible por complacer a nuestros colegas senadores, a los que respetamos y nos preocupan.
"Pero intentar arrastrar por la línea de meta proyectos de ley que están tan modificados y que necesitan tanto trabajo, no creo que haga justicia a esta cámara".
Los legisladores se enfrentaban el lunes a un duro plazo para conseguir que los proyectos superaran la votación inicial en el pleno. Todo proyecto que no pasara a segunda lectura ese mismo día moriría. Nueve proyectos corrieron la misma suerte en el Senado al levantarse la sesión, y 38 en la Cámara de Representantes.